Elsa y Laurent parecen la pareja perfecta. Viven en un pequeño pueblo cerca de los Alpes con Lucie, su hija adolescente. Cuando Elsa no regresa a casa después de su habitual ejercicio matutino, Laurent no puede creer que haya desaparecido a propósito y está convencido de que algo le ha pasado a su esposa. Lucha por convencer al teniente Martineau para que realice una búsqueda. El teniente comienza a tomarse el caso en serio cuando la sangre de Elsa y su brazalete se encuentran en su camino habitual. Se abre una investigación por la alarmante desaparición.

El coche de Elsa fue visto en un hotel el día antes de su desaparición. Laurent decide ir allí para averiguar qué hacía y cuando entra en la habitación de Thierry Quiton, el hombre con el que se había reunido, encuentra las paredes cubiertas de fotografías de Elsa. ¿Tuvo que lidiar con un acosador? Debido a las preguntas de Martineau, Laurent se da cuenta de que hay sombras y misterios en la vida de su esposa que nunca ha intentado descubrir. Cuando Quinton es encontrado muerto, se sospecha que Laurent mató a un rival potencial y tal vez incluso a su esposa. Sin embargo, el misterio se complica cuando Martineau descubre que Elsa ha robado la identidad de alguien.

Lucie descubre quién es el niño de la foto encontrada por su padre. Su nombre es Valentin Duvack, hermano de Elsa. Valentín desapareció hace 25 años. Se sospechó de Elsa durante algún tiempo, pero fue declarada inocente cuando un testigo declaró que vio a Daniel Rougier saliendo de la propiedad de los Duvack. Rougier fue condenado por secuestro y acaba de salir de prisión. ¿Ha ido tras Elsa en busca de venganza? Laurent acepta ir a Saint-Chamas para saber más sobre Elsa y descubre su coche cerca de la casa de Rougier.

El cuerpo de Rougier es encontrado cerca del lugar donde se esconden Laurent y Elsa, lo han matado como a Quinton. Laurent ya no confía en Elsa, pero le da 24 horas para demostrarle que está equivocado. La policía parece convencida de que Laurent y Elsa se dirigen a España, pero toman un barco hasta el restaurante de Santini, el hombre que permitió la detención de Rougier. Allí, su viuda confiesa que el padre de Elsa pagó por su testimonio a cambio de la autorización para abrir el restaurante. Martineau se hace cargo del expediente sobre la desaparición de Valentin y descubre que el comandante Fournier y Sophie Duvack eran amigos en el momento de los hechos.

El reencuentro entre padre e hija es emotivo y tenso al mismo tiempo. Bernard le admite a Elsa que pagó a Santini para que la protegiera. Elsa le reprocha que la creyera culpable de la desaparición de su hermano. La policía arresta a Elsa, Laurent y Bernard. Interrogada por Stéphanie, Elsa niega obstinadamente los asesinatos de Quinton y Rougier. Martineau decide concertar una reunión entre ella y Laurent. A solas con Stéphanie, Elsa admite a medias que ella fue responsable de la muerte de su hermano. Stéphanie realiza una búsqueda y finalmente se descubre el cuerpo de Valentin.

Elsa acaba en prisión. Victoire, su madre, había contratado a un detective privado para encontrarla porque nunca creyó en su culpabilidad, ni en su muerte. Martineau descubre la existencia del detective privado mientras busca al misterioso extraño que puso a Lucie tras la pista de su madre. Quiton estaba investigando en nombre de Rougier para demostrar su inocencia. Victoire confía a Martineau sus dudas y las de su hija sobre Stéphanie. Bernard decide hacer las paces.